lunes, 2 de abril de 2012

El barco del desierto, un buque insignia para la causa saharaui


Artículo de Miguel Cabrera (Almería) Publicado en EL MUNDO

El barco, varado en el desierto de la Hamada argelina. | M.C.
El barco, varado en el desierto de la Hamada argelina.

Hay un barco varado en el desierto de la Hamada argelina, en los campos de refugiados de Rabouni y a cientos de kilómetros del puerto más cercano, en un lugar que, como ocurre con el pueblo saharaui, no le corresponde. Un sitio que no es su sitio.
Es el 'barco del desierto', según le ha bautizado un grupo de españoles que ha ideado un proyecto para convertirlo en un museo itinerante del arte de este pueblo y, a su vez, en el buque insignia de su causa humanitaria y política, con el que pretenden salir de los campamentos de refugiados para "repartir dignidad en cada uno de los puertos europeos en los que atraque".
Su objetivo también es reivindicar el cumplimiento de la legalidad internacional y "romper el muro de silencio del que es víctima al pueblo saharaui", expulsado de su propia tierra.
Para ello, ya se ha creado la Asociación de Amigos del Barco del Desierto, que preside el teniente coronel de aviación y abogado de Greenpeace José Ignacio Domínguez, y del que también forman parte un grupo de artistas saharauis encabezados por el pintor Moulud Yeslem, quienes llevarán su obra a los puertos europeos. Y es que el proyecto intenta también llamar la atención sobre el olvido del arte saharaui y de sus artistas, quienes no pueden dar a conocer su obra porque están atrapados y encerrados en un desierto, lejos de su patria. Pero la asociación está también abierta a otras colaboraciones.
El Gobierno saharaui ya ha donado el barco, de 12 metros de eslora y provisto de dos potentes motores que, paradójicamente, jamás ha navegado -está sin estrenar y sin matricular- desde que a finales de los años 70 fuera regalado al Frente Polisario por Muamar el Gadafi y trasladado desde Roma, donde fue construido, hasta el desierto africano.

Miembros de la asociación.
Miembros de la asociación.



La idea de la asociación es trasladar después del verano el 'barco del desierto' en barco desde el puerto de Orán hasta Alicante y, a continuación, hasta Garrucha o Carboneras, en Almería, donde será reparado y botado para, a continuación, recorrer distintos puertos españoles, como Cádiz, Valencia, Barcelona, Bilbao o A Coruña, antes de dirigirse hasta su objetivo fundamental, Estrasburgo, a través del Ródano, los canales que lo conectan con el Rin, hasta llegar a la sede del Parlamento Europeo.
En el barco del desierto viajará una familia saharaui, un matrimonio con uno o dos hijos. Una familia que nunca ha visto el mar, aunque sus antepasados faenaran sus aguas y vivieran de él, y que representará a su pueblo en los distintos puertos del recorrido. Además de pinturas, esculturas y otras muestras artísticas saharauis, en la embarcación viajarán cartas y dibujos de miles de niños de este pueblo, que serán entregados a los parlamentarios europeos.
El proyecto del barco del desierto pretende que para el pueblo saharaui, cada puerto será una etapa, donde se organicen actos por las asociaciones solidarias a lo largo de varios días para festejar su visita, como charlas en las escuelas o intercambio de dibujos solidarios. La intención es que cada recibimiento se convierta "en una exigencia de la ciudadanía hacia los gobernantes de todo el mundo, para que cumplan el Derecho Internacional respecto al Sáhara Occidental", explica José Ignacio Domínguez.
Toda la aventura del barco del desierto será grabada para realizar un documental que ayudará a sufragar la aventura y a hacerla llegar a todos los rincones del mundo. La asociación también pretende nombrar como madrina de la embarcación a una mujer de relevancia internacional, una cuestión que considera fundamental para el éxito y el eco mediático del proyecto.
Enlace de la noticia en EL MUNDO 

viernes, 9 de marzo de 2012

Carlos Bardem se sube al barco

Ya tenemos un nuevo amigo del Barco del Desierto. El actor Carlos Bardem apoya nuestra iniciativa y tanto él como su familia, colaborarán en todo lo necesario durante la travesía del barco. 
La familia Bardem lleva muchos años comprometida con la causa saharaui, y el pasado mes de febrero, recibieron el Premio de Solidaridad 'Juan Antonio González Caraballo' por su trayectoria solidaria con el pueblo saharaui. El premio fue entregado a Pilar y a su hijo Carlos en la 37ª Conferencia de la Coordinadora Europea de Solidaridad con el pueblo saharaui, por el Presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Mohamed Abdelaziz


Carlos Bardem y el artista Mohamed Moulud

miércoles, 7 de marzo de 2012

El Arte es nuestra arma

“Un pincel puede ser el arma más potente y llegar más lejos que un misil”. Mohamed Moulud Yeslem, amigo del Barco del Desierto, tiene su particular campo de batalla y con su arte quiere dar un grito y romper ese silencio cómplice que aún existe en el ámbito internacional sobre la cuestión saharaui. La cultura del pueblo saharaui está amenazada por su invasor marroquí, y es de vital importancia apoyarla y difundirla para que llegue lejos, para que no quede enterrada en el desierto y navegue como un barco a través del mundo. Como dice Moulud, "las ideas son nuestras balas y el ARTE nuestra arma.... Ya está cargada".

La barca del desierto

Mujeres en la playa

El largo camino

Niño del barco

La solución





Camino


sábado, 26 de noviembre de 2011

La idea

Hay un pueblo varado en el desierto, en la Hamada argelina. Llevan treinta y cinco años en un lugar que no les corresponde, en un sitio que no es su sitio. Es el pueblo saharaui, olvidado por (casi) todo el mundo, abandonado a su suerte por la comunidad internacional, incapaz de hacer cumplir sus propias leyes, sus planes, sus resoluciones.

Hay un barco también, varado en ese mismo desierto. Quién sabe cuándo, los saharauis lo llevaron allí, a cientos de kilómetros del puerto más cercano, empleando para ello la misma constancia, la misma determinación con la que han conseguido mantenerse firmes en la defensa de sus derechos. Cuando lo hicieron, cuando tiraban del barco alejándose de la costa, en dirección contraria, repetían el camino que poco antes habían hecho miles de compatriotas saharauis: ellos también iban en dirección contraria, se alejaban de la costa, de su país. Y puede que ni siquiera supieran por qué arrastraban un barco hacia las dunas y más allá.

Probablemente soñaban con volver en él, saludar desde cubierta a las gentes que algún día abarrotarían el puerto de El Aaiún para recibirles entre banderas y salvas.

Lo que no sabían era que, antes de llegar a las costas del Sáhara Occidental, el barco iba a pasar primero por la península ibérica, por París y Estrasburgo.

Porque el “Sáhara Libre” va a hacer el camino inverso. No va a salir del primer mundo para abastecer a la población de la zona en conflicto, sino que saldrá de los campamentos de refugiados para repartir dignidad en cada uno de los puertos europeos en los que atraque. Y será así, porque es tan necesaria la ayuda humanitaria como la política. Los saharauis necesitan que quienes tienen la autoridad, hagan cumplir la legalidad internacional. Necesitan que los políticos hagan suyo el compromiso que ya tienen millones de personas en todo el mundo.

Los saharauis, y quienes les apoyamos en sus justas reivindicaciones, necesitamos activar la solidaridad de la sociedad civil, y el ‘Sáhara libre’ será la herramienta perfecta con la que romper el muro de silencio del que quieren hacer víctima al pueblo saharaui.